Aprendiendo a cuidar a la madre naturaleza
El
secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive.
Dostoievski
Hace no demasiado tiempo leí: El Arte no es una cosa sino un camino1,
y existe mucha verdad en todo ello. No dejarse vencer por la quietud y
pasividad de unos y apostando por la verosimilitud de nuestro día a día. Susana
Román nos hace visible que lejos de pararse en el camino y observar lo que
ocurre en nuestro entorno -ya sea cercano o lejano- apuesta por el
entusiasmo en un trabajo que nos deja sin palabras. Quizá no hagan falta
palabros venidos de una jerga artística concreta para atrapar el sentido común
de lo bien hecho.
Nos muestra así su Aurora Cometa y la fábrica de nubes, donde
la nítida idea de los pequeños proyectos que uno emprende cada día –sirva el
ejemplo de cuidar nuestro mundo- se ve liderada por Aurora, cuya misión es
crear las nubes que hacen del cielo una composición tan complicada como
onírica. Un sueño llevado a la realidad con una maestría dibujística que gusta
a pequeños y a mayores, con un contenido que imprime sobre nosotros la
necesidad de cuidar a la madre naturaleza.
De este modo y con la cercanía
de Susana a la que nos tiene acostumbrados, nos narró, nos leyó y nos mostró
sin tapujos los entresijos de la creación de su cuento dejando claro que no se
trata solamente de poder sino de querer hacer un buen trabajo con la mayor de
nuestras armas, el amor por el Arte.
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